Las puertas del descontrol mental están siempre al acecho de los genios, este es precisamente el caso, la necesidad de producir de impetrar escenas, percepciones, realidades es más potente que cualquier acción de pasividad. Este tipo decía que se sentía tranquilo sólo si estaba trabajando, sólo si estaba ocupado. Todo artista es paranoico y ezquizoide, realidades que no existen. La verdad es que no me atrevería a criticar el cine de Fassbinder mi conocimiento es demasiado básico. Pero sólo uniendo algunos cabos para conformar un contexto, puedo afirmar que no es un cine de mirada “objetiva”, aquí el paréntesis es casi una columna vertebral, realidad entre paréntesis. La iconografía gay, el fenómeno erótico, la sicología social, enfrentada a la modernidad en la literatura y el teatro europeo es imponente. Artaud, Bresson, están presentes en muchos de sus pasajes maniaco-depresivos, la decadencia y autodestrucción de la personalidad para buscar una identidad, estas cosas son potentes y el expresionismo debe ser la herramienta común de los alemanes, para buscar explicaciones de la trágica historia reciente, del corte a la yugular colocado por el Nazismo, como imperio del mal.
Este Nihilista-fenoménico, cae en el redil de los elegidos para llegar al olimpo del celuloide, donde tambien están Fellini, Tarkovsky, Buñuel, Herzog, Linch, Cronemberg, ¿Ruiz? y que se yo otros que no recuerdo. Me gusta el cine, si ese que no le gusta a muchos, ese en que el comienzo empieza con el The End.
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