martes, octubre 21, 2014

UN HOMBRE COMUN.

He escrito tanta inútil cosa, sin descubrirme sin dar conmigo; dice Silvio Rodríguez con su voz filuda y juglarezca. Claro, si observo el inexplicable accionar de muchas personas, tiendo a pensar que ciertas filosofías de auto-ayuda o auto-conocimiento como el ser uno mismo u otras, asociadas a dudosas sectas religiosas prácticamente ocultistas, la desesperanza y el letargo, hacen presa del ánimo de cualquiera que ostente algunas inquietudes intelectuales o la mínima suspicacia para ver un poco más allá del horizonte inmediato y mínimo, que muestra toda la gama de herramientas nocivas y presentes en el poder económico y social que nos circunda.
Acabo de leer la declaración de un físico inglés, que señala que la estupidez humana nos llevará sin duda a la destrucción. Se refiere principalmente a los impactos que trae y puede ocasionar el cambio climático, el choque de un meteorito y ciertamente las guerras fratricidas. El dice que en vez de desgastarse en la pelea incesante por ocupar territorios o discutir por los espacios físicos, debieran los líderes mundiales, unirse para defender el planeta y abogar, por una política de preservación y cuidado de nuestro único globo disponible actualmente para vivir.
La ciencia de los números, o con mayor amplitud aun, la ciencia dura como se conoce, en particular el método científico, lo han convertido en la verdad sacrosanta de cualquier acepción o realidad descriptible y no tanto. Usted mismo y cualquier ser humano con un mínimo de conocimiento y comprensión, se respalda en sus argumentos aludiendo que: “ha sido demostrado por la ciencia”, en experimentos o datos presentados en tal momento y bajo tales condiciones. Por otra parte, también es cierto que muchas de las filosofías esotéricas, señalan que el conocimiento humano aún es insuficiente para comprender su existencia y la realidad. Que mientras más nos ubicamos en el contexto espacial y temporal, más lejano están los elementos de conocimiento necesario para comprender en que consiste el sentido de la vida y la permanencia. No me cabe duda que hasta hoy, el enorme legajo de palabras y formatos de escritura sobre el conocimiento humano, emitido por los pensadores de la más variada progresión de dominios, inclúyase cualquier tema al que queramos demandar, estará tratado con alguna visión o punto de vista, de hecho la modernidad es la que señala que “todo está hecho, nada se crea sólo se recrea”.
No es mi intención hacer  un decálogo sobre historia de la ciencia, sólo interesa plantear este análisis de arriba abajo, para destacar las razones que expliquen cómo se ha subyugado la voluntad, atomizando la conciencia y la libertad de pensamiento del ser humano, que hace parte de las masas dominadas por aquella estupidez, connatural a sus líderes, que sin parangón aceptan, sumidas en sus necesidades, ampliamente creadas y definidas por estos mismos grupos de poder, que utilizan todo el poder del dinero y riqueza del planeta,  para mantener sus prebendas y malignos intereses. No podrán negar que desconcierta, la incapacidad mental y cerebral de oponerse a tanta ignominia, tanta anti-natura y perversión de la realidad, injusticia e inequidad para solventar oscuros y patológicos beneficios.
Seguramente en las interminables escritos desarrollados por el ser humano, podremos encontrar algunas explicaciones sobre la debilidad de la especie, para manejarse y ajustarse a las leyes naturales y permanecer de manera altruista en el planeta; lo que me hace pensar que sí, puedo explicarme porque las personas optan por una vida y existencia acrítica, sin comentarios, sumidos en la cotidiana contingencia difundida por los medios de comunicación de masas, incrédulas de cualquier observación que atente con el orden establecido, el actual NOM, nuevo Orden Mundial. Convirtiendo al ser humano en incluso una lacra para los perversos objetivos, poblaciones como la india, la africana, la china; señalando que la sobrepoblación atenta contra los objetivos de una buena convivencia armónica y regular; que los recursos no serían suficientes que etc, etc. En efecto, hay países con detrimento importante en recursos naturales, sin embargo es lógico preguntarse ¿porque en países que sí tienen los recursos, estos no beneficien a su población, sino más bien se usen para aumentar el patrimonio de una ínfima casta y se extraigan indiscriminadamente para estos oscuros grupos, afincados en grandes consorcios y compañías con valores monetarios, que desestabilizan la economía planetaria y mandan millones de seres humanos a la miseria, asentando golpes impensables a los países que intenten oponerse a dichos intereses?.
El globo se infla, pero en algún momento se revienta y hay que utilizar la fuerza para volver a crear otro globo, asi los recursos se transforman en la moneda de cambio y en el peor de los enemigos para los países que lo tienen. El caso de Chile es sintomático, si no hubiera tenido el cobre y los 4200 km. de costa, a nadie le hubiera importado un proyecto como el de la UP, si alguien quiere discutir esto, vea entonces la Bolivia actual, con un gobierno mucho más avanzado que el del propio proyecto de Salvador Allende en las postrimerías del siglo pasado. Actualmente considerando que el cobre manejado por CODELCO, empresa nacional, es sólo entre el 30 y el 40% del que se explota en el país, sabe UD. que como declaraba un ejecutivo, “…esta empresa administra algo así como 8 mill. De pesos por cada familia chilena, anualmente, es decir sin hacer absolutamente nada en Chile, con la sola explotación del 30% del cobre chileno, cada familia recibiría unos 700 mil pesos mensuales. Considérese, que la empresa CODELCO entrega todos sus valores al erario nacional, entonces es lógico que alguien se pregunte: ¿dónde van a parar mis 700 lucas mensuales?, teniendo en cuenta que además Ud. paga hasta por el estacionamiento en el supermercado. Obviamente todas estas perversos desequilibrios, alimentan los más variados fenómenos de verdaderas lacras sociales de arrastre, como son la delincuencia, la inconciencia, el sálvese quien pueda, la ignorancia para decir basta, la complacencia.
Hay que decir por otra parte, que junto con lo anterior, tenemos algunos tristes títulos como es el primer lugar en la concentración de los medios de comunicación, el 95% sin ley de medios que regule aquello y con un estado con cero conciencia sobre el asunto, pues la inversión que hace este mismo es de un 80% en estos mismos medios establecidos. Un pueblo que paga su ignorancia y autoriza cada cuatro años para que lo suman en la desinformación y el embaucamiento intelectual y cultural.
Es verdad, es desalentador crecer y ver crecer en un país como Chile, donde cada individuo tiene la razón y la defiende a brazo partido cuando se trata de mantener las prebendas de la censura y la libertad vigilada, que le ha impuesto el establishment político, que lo confunde dejándole en manos de juicios desprovistos de crítica y análisis ideológico serio, una decontruccion del carácter, manipulado y manejado por el bloqueo a la cultura y al arte, incorporando en la educación mercantil, un profundo sentido de individualismo e indolencia, carente de altruismo y cooperatividad, operando con todas las herramientas del conocimiento humano para insertar las conductas de consumo salvaje, inconsciente e inconsecuente. En una charla de una connotada ejecutiva de marketing de una compañía mundial de productos de consumo, señalaba que existen 3 estrategias de venta poderosísimas que ellos utilizan, y aquella que es el arma letal y por tanto, la que guardan bajo siete llaves para vender productos absolutamente desacreditados, por distintos motivos y los transforman con estas estrategias en superventas, es la de apelar a la capacidad que tiene este individuo-consumidor, de mirar para el lado, de no ver, en buen chileno de hacerse el huevón.
Hoy estoy cumpliendo 50 años, cinco décadas en las que un hombre observa y vive muchas cosas, un tiempo en el cual se puede explotar la sabiduría humana que a veces la contingencia nos impide verificar, sobre ella es en la que quisiera y quiero creer y crear, apelando a esta sabiduría es que creo que finalmente desde una realidad no más difícil y oscura que otras, se puede vivir y convivir con esta especie ayudado por la imaginación y la fantasía. Intento comprender las bondades del arte en tanto herramienta para combatir el oscurantismo, la parte del mal que opera en cierta realidad y hacer que la vida fluya como un todo más armónico como dice Manuel, ¿esta felíz?. Si querido Manuel se puede estar feliz, si utilizamos el arte no como una coraza autista y explotadora de vanidades, sino como el motor de cambio para ver el mundo con los ojos del amor, del hombre sano y equilibrado que necesitamos para amarnos y respetarnos como especie en nuestras diferencias.
Muchas cosas se han vivido, he conocido de primera mano como es la vida de un hombre común, sin urgencias extremas, pero con una convivencia precaria en cuanto al andamiaje social y económico, he visto el lado amargo y malvado del ser humano desde cerca, con fríos intereses, desde mi sensibilidad dada por las circunstancias ambientales y temporales, he visto el ying y el yang de esta especie y aprendido a rebalsarme de alegría con la sonrisa de un niño o la mirada de un recién nacido, el inmenso amor que puede significar una caricia de una mujer enamorada o la ternura del amamantamiento de una madre, las carreras desaforadas de un niño que descubre y la parsimonia amorosa de un artista que entrega su talento en un canto al espíritu, la inmaterialidad e indescriptible capacidad de amar a los hijos. La estridencia magnífica de un acorde afiatándose con el oído maestro de un músico que des interesadamente, sólo por el hecho de hacer y vibrar, entra en resonancia con el ser que subyace en la esencia de esta misma especie, que puede ser tan difícil de entender en sus oscuridades, pero tan reluciente en la capacidad de dar y amar.
He aprendido a maravillarme, con el exquisito proceso de un tulipán que crece en la maleza del húmedo y austral sur, con el brillo inconmensurable de una gota de agua que se desliza en una hoja de nalca, en el paisaje del bosque templado de selva valdiviana, con la furia del viento y el movimiento en este lugar de la tierra, asolado por las placas tectónicas y el clima del pacífico y los cerros.

Puedo decir que la vida fluye, como las aguas del Petrohue, como el torrente de los ríos que corren al mar, como conversara alguna vez con Raul Zurita sobre la potencia del agua y su caudal. He encontrado en la vida lo mejor de la especie, he sabido alejarme de lo peor, sin perder de vista su existencia, pues afecta la misma sensibilidad que he descrito. Puedo decir que ha comenzado el camino de la madurez con la vida a mi favor, no me ocupo de las pequeñeces cotidianas, pues podrían ser muy grandes si las miramos con el cristal del individualismo y el ego, siempre tan controvertido y enemigo del colectivo. Quiero ser un hombre común, un hombre sencillo y que la vida misma, se encargue de hacerme comprender que frente a la inmensidad que nos rodea, soy nada, pero que por existir soy todo, soy el Dios que fecunda la existencia, que permite que el sol salga para esta realidad que observo desde mi punto de vista, desde esta experiencia que es única e indivisible y que por ello, es la más preciada, la más cara. Por esto aunque lo parezca a veces, no digo lo que tengas que hacer, la otredad para mi es parte del yo, por cuanto no puedo decir a mí mismo que hacer, menos podría decirlo a otros, entonces ruego por estar consciente en esta danza cósmica en la que nos enredamos a diario, como un acto y un elemento de amor, de amor infinito por la vida y toda su complejidad.