miércoles, mayo 24, 2006

LA CUECA


“Tía Cata”
(COMENTARIO CULTURA GUACHACA DE BOLA EIGTH)

Santiago está helado… está nublado... “está feo” dice la gente a veces. Santiago esta contaminado… todavía no quiere llover… y esta noche Santiago no es distinto… la mezcla de smog y nubosidad lo hacen triste… así estaba la noche del Sábado 13 de Mayo… pero había algo que lo hacia diferente eso si. La presencia de la multiplicidad de estilos en un mismo espacio y con un solo objetivo. Esa noche era la segunda jornada de la IX cumbre Guachaca.

Compartir la fiesta más integradora de esta tierra; No excluyente en su llamado pero si por naturaleza apartada de algunos grupos de esta sociedad Chilena, una vez más de hizo el milagro… “Seguir creyendo que somos un país unido”.

La magistral cátedra de raíces que nos dio Catalina Rojas y la Filarmónica de la cueca frente a 5 mil personas que no se demoraron en reconocer en ella la verdadera heredera del tío Roberto y toda su espiritualidad popular; catalina ya debería llamarse la tía Cata. Meritos y experticia le sobran para merecer el titulo mítico de la Chilenidad. Una mujer con su guitarra puede más que una banda de afinados neo-folkloristas; la sangre tira y las cuerdas prolongan la virtud; “hacer hablar la vigüela”… ¿un Rojas puede ser un Parra?.

A los asistentes a la IX cumbre Guachaca: ¿sintieron que estaba el espíritu del Tío Roberto?.

La piel curtida… la mirada penetrante y la paciencia inconmensurable de una mujer, sin duda, llena de dones naturales me hizo erizar la piel por lo menos unas 4 a 5 veces en una corta e intensa presentación de lo que de verdad es la raíz urbana del folclor. ¿Las luces?... ¿la producción?... nada… Ella sola me transporto a los bares, peñas, rincones y porque no decirlo a los velatorios de mi PATRIA.

Hay miles de cultores de esto pero como ella… nadie. Tiene todo para ser la más linda de las vivas tradiciones. Pongan atención; tenemos en vida a la mujer más fielmente calcada de lo que adoramos como raíz de Chile. ¿Por qué tan en silencio?... ¿por qué así… tan bajo perfil?. Porque es de verdad… y lo verdadero se auspicia solo. ¿Por qué no la invitan a los estelares de la televisión?... ¿por qué solo unos pocos tenemos ese privilegio?.

Si sabes algo de ella... que donde toca y esas cosas… no dejes de verla. Su música hace pasar el frió y volver el alma al cuerpo.

miércoles, mayo 03, 2006

“…los mismos errores que pa’l ‘73”

CUENTOS REALMENTE FANTASTICOS
“…los mismos errores que pa’l ‘73”

Muchas veces, al más puro estilo del mejor cuentero nacional, utilizamos esta tragicómica historia, para aumentar el afán etílico y facilitar así, la onerosa “vaca” de los contertulios, continuando con el noctámbulo ejercicio del carrete universitario. Aún después de aquello, como inagotable recuerdo del “activismo”, que en su minuto valió un paso a la democracia, “tutelada” y todo, pero libertad al fin.

El ratón, era un asiduo devorador de cuanto papel llegaba a la orilla de su apolillado somier sin patas, el que le servía de cubierta para la sopa de concentrado, para el eventual estudio de Weber y sus rimbombantes teorías del comportamiento humano en sociedad, para la reunión de la base o para la “lentitud”, cuando esta vagamente se presentaba. En esos aciagos días de finales del invierno del 86’, la barricada en el frontis de la Facultad de Ingeniería (otrora IPV) era el caldo de cultivo, de la incesante rebeldía en la lucha estudiantil, para echar al dictador y sus rectores delegados. Más cupos en el casino, más becas de alojamiento y sala cuna, democratización de la universidad y el país, fuera el dictador, en fin.
Indiscutiblemente, barricadas sin neumáticos encendidos era impensado. Ahora, quien se atrevía a movilizar una goma rodando por la calle en esos días, era mejor declararse Marxista Leninista frente a un cuartel de la CNI.

La revolución exige sacrificios y con 20 años no te vas a estar cuestionando mucho los riesgos, “el fin Justifica los miedos”. A las cuatro de la madrugada en punto, estábamos en la puerta de nuestra casa-barretín. Una casa estratégicamente aceptable para los fines estudiantiles, con accesos por dos calles, un inmenso patio trasero con un taller mecánico, donde los neumáticos aro 20 (de camión), yacían apilados como un resorte, al menos unos 12, habían sido previamente chequeados en alguna noche anterior. Lo que el ratón y “puntada con hilo” no sabían, era que a don Roberto ya lo habían vacunado días atrás, cajas de herramientas, equipos y repuestos de su taller, que salía a la calle Pérez Rosales porla parte posterior de la casa.

Doña Carmen la esposa, era “buena onda”, después de todo ella siempre sospechó de las andanzas de sus chicos, sobre todo desde aquella vez en que el olor a bencina no se soportaba en la cocina, donde cotidianamente limpiaba cada mañana.

Las noches en Valdivia, son más bien claras y ésta especialmente, se había empeñado en no ayudarnos con algo de penumbra. Quedamos a las cuatro y cuarto con el Jano, así que no podíamos fallar.

_Bueno ratón vamos!_¡estamos en la hora vamos!. ¡Hey!… ¿oye se ve el Jano?, no se ve loco, este gueón no vino_ puta y ahora que cresta hacemos”…
_Yaaa!… sabí que más, tírate pal otro lado no más, yo te lanzo las gomas por arriba y llevamo’ uno cada uno poh…
Vamos a sacar el primero_ ya ratón… ratón!!… ya po’ gueón agarra, oye gueón adonde estai’.

El puntada con hilo no entendía nada, con el neumático en la mano, listo para lanzarlo a la acera del otro lado, de aquel cerco de 2 metros 50 de altura…no caía en cuenta._ ¡¡Alto ahí mierda¡¡…
Chuuuuucha cagamos… ¡Que están haciendo ahí, cabros de mierda…!
“…¿saben que más?... ustedes están cometiendo los mismos errores que pal ’73”, ¿que tal si yo ahora los mando presos por asalto, a los guencitos?. ¿No saben acaso, que hace una semana, me entraron a robar y por eso estoy durmiendo en el taller?. ¡¡Y uste’ que se anda haciendo el gueón ahí,…¡¡ paseando a esta hora, a quien le vení con esa, venga pa acá!… ¿que se cree que soy gueón?

Entre los nervios y la sorpresa, el ratón juraba que estaba pasando velado, con las manos al bolsillo y silbando a las cuatro de la mañana, al lado del cerco por la calle.

De un salto estuvo a la orden de don Roberto, que como un sacerdote, repartía consejos enfervorizados por la impensada sorpresa de sus pensionistas robándole neumáticos, que de última no le servían, el favor era al contrario se limpiaba el patio y sin costo. Puntada sin hilo y el ratón no estaban para meditar si el hombre estaba verdaderamente enojado o no, por lo menos su actitud a esa hora, era furibunda.

Ya váyanse de aquí cabros gueones, antes que los mande presos¡¡.

_Puta’ ratón… cagamos loco_ ahora pa’ mas recacha nos va a echar este viejo culiao, _¡¡Puta el Jano maricón!! si no hubiéramo’ estado tanto rato esperándolo.

En la mañana había que arreglar los bolsos no más, porque era clavado que el ratón y el puntada se iban pa’ afuera. No era fácil conseguir una viejita, que aceptará el pago cada tres meses, el rock&roll, las luces prendidas toda la noche, las reuniones, los carretes, las plantas, etc.

_Puta la cagamo’ socio, _ ya en fin apechugar no má’.

-¿Que onda loco tení’ tus cosas arregladas… te vaí?_, si loco anoche nos pillaron con el ratón, tratando de sacar los neumáticos ahí atrás, nos pilló don Robert, así que seguro nos pega la pata en la raja. _Puta que mala, a lo mejor no es pa’ tanto, _no loco si el hombre estaba heavy_.

¡Oye cabros los mandó a buscar don Roberto, está en el taller, a los dos¡, _ya gueón nos vamos,_¿chucha y adonde me voy a ir ahora?, con lo que me costo llegar aquí, chii’ y yo loco tengo pieza solo y todo.

Haber, vengan pa’ acá los dos: _miren cabros no sean lesos, no cometan los mismos errores que pal ’73…
ahí tienen llévenselo, les va a servir.

Ahí, al costado del mesón de herramientas, ese oscuro de aceite y pedazos de guaipes a medio usar, estaba un neumático de tractor, era tan grande que los brazos del ratón no alcanzaban para tomarlo._ Ya llénenselo_ ah¡¡ y ahí tienen ese tarro… si sí, ese tiene 20 litros de aceite quemado.

En un santiamén, el puntada comunicó al Juanca , que tenía un triciclo en el que hacía fletes, se perdió el cubrecama me acuerdo, porque había que taparlo, a las 7 de la tarde ya era noche, pero no podías pasearte con ese trofeo el día de la protesta, con las cucas y los guanacos a la orden del día, o la noche en los Barrios Bajos.

THIS IS THE END?