martes, mayo 04, 2010

El Flaco y las Bandas Eternas.

Escribir sobre un “genio” no es nada simple, considerando que lo que digas quedará empequeñecido, ya sea por los errores y desvíos de apreciación, ya sea por la ansiedad de la emoción, pero hay algo en las sensaciones, que nacen en el placer de comentar sobre las pasiones, aquellas que te generan bienestar, estados de placer que surgen de los impulsos alojados en neurotransmisores que no logras identificar, pero que seguramente son o se parecen a las endorfinas por ejemplo. Una de estas situaciones esta relacionada con el Flaco Spinetta, me es complicado separar la música y la persona, la congruencia correlacional que existe en la percepción del cognitivismo avanzado (actualmente vigente en la emergencia), nos dice que la acción lo observado no puede estar ajeno a la estructura mental, experiencial e histórica de un individuo, es así que para construir elementos que salen al mundo de las relaciones con otros que salen a establecer aquellas conexiones en redes, existe necesariamente una coherencia, una relación biunívoca, un feedback, entre el desarrollo operacional biológico y la acción que se produce, el fenómeno que se manifiesta y se encarna en las coordinaciones de las acciones que se ejecutan, por lo tanto la música de Spinetta, es Spinetta, para aquellos que conocen algo su música, saben ya cual es el canal creativo por donde se mueven los arpegios, riff, acordes y escalas diversas en las que la experimentación y la inventiva, asumen la condición principal de los arreglos. A decir verdad no se mucho de cómo construye Spinetta su música, los elementos o espacios utilizados para hacerla, algunas señales ha dejado entrever, leyendo o siguiendo a especímenes como Artaud o Castaneda, que ya delatan características de algunos viajes interesantes al país de los dominios perdidos como diría J Tellier. Los viajes en plantas mágicas no es algo menor si lo tomas con el respeto y la humildad que significa ese privilegio de conocimiento.
Conocí Spinetta como a los 19, ha psado más de una veintena ya, lo primero que se me ocurrió cuando escuche almendra en obras, es que yo quería tocar esas canciones ese larguísimo y mágico solo de plegaria para un niño dormido o los encendidos riff de Ana no duerme, fue el primer disco que escuche allá por el 84. Una vez alguien me interpelaba del porqué me gustaba el futbol, mi respuesta fue simplemente es que yo no podía explicar lo que se sentía salir por el túnel desde el camarín a la cancha de pasto, con gente en las gradas y correr con tus compañeros, tratando de hacerlo bien, ahora hacer un gol, es algo que simplemente rebalsa el éxtasis de la mejor droga.
Pero volvamos a Spinetta y sus composiciones, es precisamente hablar sobre el éxtasis o la red de emergencia que se crea en la creación y la inquietud para experimentar y mezclar desde lo musical a lo lírico. He leído de todo sobre el Flaco, desde una erudita intelectualización de porque es un aporte a la cultura de este lado del globo, hasta el porque no le gusta a la gente o la sobredimensión de su música.
Para mí es el magnífico recuerdo de haber estado ahí, a dos metros de sus guitarras y escuchar el disco "Para los arboles" en vivo y el durazno sangrado con arreglos eléctricos y samplers en el teatro Teletón. Pero más allá de eso es el descubrimiento de cómo es posible conducir una canción hacia cambios inesperados de escalas o experimentos con monosilavos o palabras aparentemente sueltas para armar un texto, creo que no basta escuchar a Spinetta hay que tocar Spinetta.
En general un genio es más bien desconocido e incomprendido en su época y es lo que corresponde en este caso, aunque cierta incultura en este país no alcanza a dar cuenta de la magnitud del personaje.
Bueno todo esto se me ocurrió a propósito de no poder estar en “Bandas Eternas” un concierto criticado desde varios puntos de vista, pero que probablemente ningún músico en el planeta, ni en sus sueños ha podido reunir 40 años de historia en 5 horas de concierto con una mega producción nunca antes vista, aun no hay registros potentes y de buena calidad de ese concierto, pero lo que se ve y se escucha es para emocionar hasta los detractores. Ya vendrá el Box de Bandas Eternas y solazar a los fanáticos de este músico, poeta y filósofo, lo más parecido a Frank Zappa en lo hispanoparlante. Larga Vida al Flaco, aquí un modestísimo tributo así no más con una guitarra de palo para una gran composición, paradojalmente compleja, de uno de los discos más conceptuales y e gran calidad de Luis A. Spinetta como es “A 18 minutos del sol”. Canción para los días de la vida, temazo.



BANDAS ETERNAS 4 DE DIC 2009.