martes, agosto 12, 2014

¿Y como estuvieron los Pitos esta semana?

Yo creo que a estas alturas del partido, Sergio y Pedro caminan a paso firme por la vereda de los postulantes, iconos del erario nacional, culto de los personajes Guachacas y advenedizos urbanos del pueblo deportivo, a la altura de Condorito, Pepe Antártico, o la Piojera. No hay diálogos más hilarantes y jocosos, como show de humor negro y popular, que esta dupla ochentera  en el Zoom de los deportes. Creo que al menos, se merecerían un reconocimiento como aporte inconsciente a la comedia del absurdo en Chile, a pesar de los millones gastados por TVN, para anestesiar a los tontos útiles de siempre, en fin esta es sobre “tontos inútiles”.

Como no recordar al más agudo y bizarro comentarista de la hípica en televisión, Solabarrieta, no el de ahora. “ Este domingo pudimos observar a la yegua “Mariela” del criadero de Juan Martínez, en la gran prueba de potrancas de 2 años, disputar lomo a lomo con su símil en edad, la potranca Yolita, ¡¡pero¡¡ sin mejorar el trote, al son del rebenque de Manuel Santos,  no consiguiendo alcanzar a su compañera, ¡¡pero…”  Inolvidable con su nariz puntiaguda y Jockey oscuro, porque en el televisor Antú de 13 pulg., sólo obtenías blancos y grises.
Y ahora pasamos a las jugadas polémicas de esta semana, con el profesor  Mario Gacs, Maestro de los árbitros chilenos… el nombrecito del profesor ya es polémico… “Haber Mario y como estuvieron los pitos esta semana?”...¡¡¡jajajajaaa¡¡¡…_ bueno Sergio, la verdad es que no estuvieron muy buenos, escasean los cogollos y sólo ha alcanzado para trilla no más…El Chilo, el Loquillo, Ratón, El Puntada si Hilo y el Borito, dormían en aquella casa de Clemente Escobar y el Zoom Deportivo era  el sagrado vinculo con el acontecer humorístico semanal. Italia ’90 y sus preliminares, ese en el que Maradona lloraba al perder la final y Argentina se quedo con las ganas, acarreó todo una metáfora futbolera con estos personajes que hasta  hoy, se imponen como onomatopeya o jerga popular, al menos en los círculos cercanos a estos “pelotudos”. Pedro se levantaría, algo así como el “tío” en España o el ché, al otro lado de la cordillera, guardando todas las proporciones por cierto.

Las jugadas polémicas sobraban en Clemente Escobar (la calle), fue penal o no fue penal, dentro o fuera del área, el intercambio de camisetas, el of side de algunos jugadores y jugadoras, si hasta se celebraban los trofeos que caían a la cancha de Clemente, con prensa deportiva y todo, y que decir de las barras bravas las Hooligans, Las Macumberas, ellas por si mismas son toda una historia. Las barras macumberas por ejemplo, alusión a la barra del Corinthians de Brasil, que antes y durante el partido realizan diversos actos de macumba, para alinear al equipo en la senda ganadora. Hay que decir que el grupo de antropología obviamente reunía esas características.

En esta permanente metáfora pelotera, que se vivió en cada actividad de los chicos de Clemente Escobar, cierto día de finales de otoño se presentaba en el Paraninfo (sala de extensión de la UACH), un libro de Clemente Riedemann, “Primer Arqueo”, con la parsimonia intertextual o intelectualoide que caracteriza a los cabros de la boina y la chalina. Se encontraba en el podium nuestro buen amigo de las calles mojadas, nocturnas cazuelas en el Olimpia o escobas y briscas en el “Roma”: Mr. Jorge Ojeda, escritor de la generación perdida entre las “Pipas Grandes” el “Paula” o “El Mocambo”, amigo de las palabras, ex - profeso adorador de los versos, cuentos, remero de fuste, bailador de tango y otros ritmos.
Estimados amigos, leeré para Uds. un cuento que fue publicado en una antología del cuento chileno en el año 1973, en el cual este humilde servidor ayudó con “El puntero derecho”.
Ahí estaban “Pedro”, “el Ratón” y “el Puntada sin Hilo”, correctamente sentados en aquellas butacas del Paraninfo, esperando a que hora se servían los vinitos calientes y lo exiguos, pero salvadores canapés, que a esa hora de la noche, ya se presentaban como el almuerzo del día. _Ya pue’ Pedro, que le parece si después de la presentación organizamos un encuentro con intercambio de camisetas, ahí en la cancha de Clemente_ faltaba más, por ahí veo a unas jugadoras dispuestas a patear penales_ no se olvide de las canilleras Pedro.

El puntero derecho ¡¡¡¡¡jajajajajajaj¡¡¡¡¡, ¿cachaste el nombre del cuento?_
El Alberto era un cabro flaco y mal vestido en aquel partido del domingo, se jugaba el pellejo por aquella esquiva fama que bla-bla-bla… el entrenador conocía demasiado al Beto por eso no renunciaba al triunfo... vaya a ella, vaya, no la deje, toquela, juege, corra, corra no la deje…, continuaba Jorge. ¡¡¡¡jajajajajajaj¡¡¡¡, no se aguantaban las carcajadas era imparable, el cuadro pintado por Ojeda en su cuento, la misma metáfora que a cada momento atravesaba  la vida y las mentes del colectivo de amigotes, de los pocos contentos que mantenía la dureza de estar juntos, en aquella húmeda y a veces tenebrosa vida universitaria, con rectores delegados, mínima comida y robos de palos de leña para calentar un poco la vida en el sur. ¿Cachaste el flaco?…¡¡¡¡jajajajaj¡¡¡ gritando gooool _si y el entrenador..¡¡¡¡jajajajaj¡¡¡

Pedro, de echo era el entrenador del equipo de Clemente Escobar.

Lo mas impresionante de esta anécdota es que Jorge, nunca imaginó que su cuento podría desatar tamaña jocosidad, a tal punto que muchos asistente ya observaban con cierta desconfianza las carcajadas, claro había que disimular un poco, pero la escena de aquel acoplamiento perfecto entre la metáfora de vida de los chicos de Clemente y “El puntero derecho”, no daba tregua para aguantar; huelga decir que ayudados por alguno de los “pitos”, esos de Mario Gacs

Al final de aquel chispeante episodio, Jorge se acercó y con un dejo de copucha y serenidad satisfactoria dijo, _oye cabros, ¿parece que les gustó el cuento a ustedes eh?._siiii, extraordinario Pedro… digo Jorge, gran partido gran relato hermano.

Hubo que explicarle en parte el jolgorio, pero la conexión de aquellas historias excedía largamente cualquier explicación. Buenos vinitos, picadillo, algo de cháchara literaria y…en fin… que tal si ahora vamos pa’ la Bomba, ya po’ allá rematamos, ahí nos vemos…